Los estados financieros son los encargados de mostrar la realidad económica de una organización, en ellos no solo se muestra cuánto se gana o se pierde sino cómo se han distribuido los recursos en la empresa. Muchas veces oímos de los empresarios cosas como: “¿En dónde está el dinero?”; “No se ven los recursos que inyectamos en la empresa”; “La empresa tiene utilidades pero no se pueden repartir dividendos”. Todas esas expresiones, y muchas más, tienen respuesta con una adecuada lectura de los estados financieros.
Una sana costumbre gerencial debe ser leer sus cifras mensualmente, es por ello que la contabilidad siempre debe estar al día, la responsabilidad del equipo contable es inmensa, pero desafortunadamente muchas veces sus acciones no se compadecen con la exigencia de cifras fiables para una buena toma de decisiones. Las demoras en la presentación de las cifras, la construcción de cifras solo para extraer solo la información suficiente para cumplir periódicamente con el pago de impuestos, son tan solo dos pecados que cuestan mucho.
Si la alta gerencia se guía solo por su intuición, como ocurre en muchas empresas familiares o unipersonales, el fracaso podría estar asegurado. Y es precisamente esta, una de las razones por las que al menos el 65% de las empresas no logra pasar a la segunda generación. En nuestros procesos de consultoría hemos acompañado hijos que al fallecimiento de sus padres dicen sentirse a la deriva pues las cifras solo se manejaban en la mente de ellos. En muchos casos los contadores solo han registrado algunos hechos económicos generados para el pago de impuestos. Se omiten cuentas o transacciones relevantes para tomar decisiones importantes.
Desafortunadamente gran parte de la cultura latinoamericana entiende que los procesos contables y la finalidad de la correcta estructura y registro en los estados financieros son solo un requisito exigido por las diferentes administraciones de impuestos, las empresas que trascienden son aquellas que basan sus decisiones en la técnica y allí por supuesto la contabilidad es el pilar. A la par la falta de conciencia de algunos contadores, frente al registro organizado, sistemático y a tiempo, de las cifras que muestran la verdadera realidad de las empresas.
Nuestra invitación es a construir compañías sólidas que reflejen en sus cifras realidades prósperas y que permitan tomar decisiones asertivas bajo fundamentos técnicos, para ello se hace necesario contar estados financieros fiables.