Abril de 2025 será recordado a nivel mundial por ser el mes en donde el planeta repensó el comercio gracias a las decisiones planteadas por el presidente norteamericano Donald Trump. El déficit comercial de Estados Unidos con el resto del mundo motivó a su presidente a implementar aranceles a todos los países del mundo de acuerdo, presuntamente, con el nivel de déficit que presenta el gigante del norte de América con cada uno de ellos.
Esta situación pone nuevamente entre la espada y la pared la estabilidad de los mercados globales, las relaciones tirantes entre Estados Unidos y China se basan, inicialmente, en las imposiciones del uno y la respuesta en el mismo sentido del otro, entre tanto las empresas quienes son los directos dolientes de esas decisiones políticas rápidamente buscan alternativas para reubicar los productos e inventar figuras que permitan ganar en medio de la crisis. En paralelo los commodities como el petroleo e incluso el oro tendrán comportamientos en sus precios conforme sea la especulación de los grandes inversionistas.
Es preciso recordar que el principio básico del comercio exterior se basa en la teoría económica de David Ricardo sobre las ventajas competitivas y comparativas de cada país, por lo que es lógico entender que un país por más de que quiera producir TODO no podrá lograrlo entre otras cosas por temas como la capacidad de producción de la tierra misma, y en tal sentido tendrá que acudir a otros países para suplir los productos en los que no le es posible producir. Es así como la medida arancelaria actual podría repercutir en el corto plazo contra los precios de la economía norteamericana, pues con seguridad los productos que no se producen en el país serán más costosos, los productos Chinos ocupan un gran volumen en la economía Norteamericana y muchas empresas locales dependen de ellos. Claramente un efecto boomerang en la política adoptada en materia arancelaria.
Junto a la reacción inmediata de los mercados se pude esperar que si el panorama comercial no se despeja rápidamente, Estados Unidos podrá estar enfrentado a problemas inflacionarios, a patrones recesivos, a mayor apreciación de su moneda y a mayores fugas en el flujo monetario en actividades no grabadas como los servicios. La FED, entidad técnica e independiente del gobierno de Donald Trump, ante amenazas de inflación buscará incrementar nuevamente la tasa de interés y lo que era un problema comercial agudo ahora se volverá un problema cambiario para el mundo, pues la demanda de divisas para especular en el mercado americano a través de portafolios de renta fija conducirá a que los flujos de capital sigan apreciando aún más el dólar americano.
Es de resaltar que al final quien puede resultar grandemente beneficiado es China, puesto que sus productos seguirán inundando el mundo esta vez con mayor velocidad y una vez se restablezca la relación con Estados Unidos volverán sus productos a ser colocados en dicho mercado, el mundo comercialmente manejado por el gigante asiático. Al final la pregunta será: ¿el comercio exterior seguirá bajo el patrón del dólar como moneda oficial, o vamos a presenciar la sustitución de la moneda por el Euro o el Yuan?.
A pesar del oscuro panorama hay muchas oportunidades para el empresariado colombiano, es necesario tomar acciones y ser estratégicos en la coyuntura actual.